miércoles, 13 de abril de 2016

POPOLOCAS

POPOLOCAS

CULTURA 
La lengua que hablan en las comunidades popolocas son el idioma español y las diversas variantes del idioma popoloca.
Los popolocas son un grupo étnico dMéxico que habitan en el valle de Tehuacán , Meseta Poblana: Tepeaca, Acatlan de Osorio, y una parte de la Mixteca oaxaqueña. El término "popoloca" no debe ser confundido con el término "popoluca" de origen similar pero usado para denotar a pueblos y lenguas no relacionados con los popolocas.


ORGANIZACIÓN SOCIAL 
En algunos lugares de población concentrada, como San Felipe Otlaltepec, el pueblo se divide en barrios o secciones y éstos, a su vez en sectores. Aun cuando hay movilidad de un barrio a otro es importante la adscripción por nacimiento. Así muchas veces una persona que circunstancialmente viven en una sección, participa en las faenas de aquella en la cual nació. En algunos casos la delimitación puede tener un carácter étnico o agrario.
Los barrios tienen generalmente su propio santo o patrón y su banda de música, la cual toca gratuitamente durante la celebración correspondiente. Cada barrio tiene un inspector o jefe de sección y uno o dos auxiliares, cuya función es organizar las faenas para las obras de beneficio colectivo, servicio que no es remunerado.
Parece ser que hasta hace poco tiempo la unidad social básica la constituía la familia extensa. Sin embargo, aun cuando esta unidad persiste todavía, la emigración y la individualización de las relaciones económicas tienden a favorecer el predominio de la familia nuclear, constituida por los padres y los hijos.
El compadrazgo o parentesco ritual establece estrechos vínculos sociales y económicos entre los contrayentes. Las relaciones entre los compadres son tanto o más fuertes que las que se establece entre el padrino y el ahijado. En todos los aspectos del ciclo de vida: el nacimiento, bautizo, primera comunión, confirmación, matrimonio y muerte, interviene el compadrazgo.
El matrimonio se realiza normalmente a temprana edad. El joven escoge a su futura esposa y lo comunica sus padres, quienes en ciertos lugares, acuden con el “xiticaxanoo” o casamentero, llamado también tetlale, para que, después de varias visitas y regalos a los padres de la novia concierte el matrimonio. Hoy en día es cada vez más frecuente que el arreglo se lleve a cabo directamente entre los padres de los contrayentes o que el joven solicite la mano de la muchacha a sus progenitores. La fiesta de la celebración es lo más costosa posible, dado que a mayor erogación, mayor es también el estatus social que se adquiere. Los gastos corren a cuenta de los padres del novio, contribuyendo los padrinos y parientes allegados. Después de consumado el matrimonio, usualmente la pareja se instala por un tiempo en la casa de los padres del esposo, hasta estar en condiciones de tener vivienda propia pero, según sus condiciones económicas, puede permanecer con los padres de la novia.

CARACTERÍSTICAS
La indumentaria general en el hombre era el calzón de manta blanca, sostenido por una faja de algodón tejido, camisa de igual material, adornada con figuras bordadas con hilo rojo, sombrero de palma, sandalias o huaraches del tipo llamado “pata de gallo”.
La mujer utilizaba una falda hecha de una larga pieza de manta enrollada con una faja como cinturón, una blusa corta con mangas igualmente cortas y escote cuadrado, adornada con bordados hechos de hilo color rojo y rebozo.
La casa tradicional en las zonas semidesérticas es rectangular y se construye totalmente con materiales de la región, en un solar cercado por un muro de tepetate de poca altura. Las paredes están hechas de troncos de guaje, arbusto leguminoso o de quiote (tallo del maguey) unidos con mecates de palma. El techo de cuatro aguas es de palma o pencas de maguey, quedando en el vértice la denominada “oreja popoloca” que es una especie de orificio orientado en la dirección del viento predominante que corre a todo lo largo de la casa y permite la ventilación. Tiene puerta al frente y una pequeña ventana. El piso es de tierra.
Predomina el sistema privado de tenencia de la tierra, coexistiendo con el ejidal y el comunal. Empero, esta última se usufructúa de hecho como propiedad privada, ya que la parcela se considera como perteneciente a una determinada persona, la cual puede legarla a sus hijos. El problema actual es que en casos de necesidad pueden venderse, lo cual ha propiciado la concentración de la tierra en unas pocas manos a la vez que aumenta el ya de por sí alto número de personas carentes de tierras.

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